1. Empiece por lo básico:
Los niños no nacen sabiendo qué es el dinero, ¡tienes que enseñarles esas cosas! Para profundizar más en los detalles de tipos específicos de moneda, crea un juego en el que los niños combinen monedas de un céntimos, cinco, diez y veinticinco céntimos con el valor apropiado escrito en papel de construcción. Luego, al crear grupos de monedas, muestra a tus hijos cuántas monedas de una moneda equivalen a otra.
2. Crea un plan de ahorro:
Una vez que tu hijo comprenda los diferentes valores del dinero, ayúdelo a aprender cómo ahorrar dinero para comprar las cosas que quiere. Para los niños más pequeños, puedes ayudarlos a comenzar a aprender sobre los ahorros con un frasco transparente que les permita ver cuánto dinero tienen. Cuando tus hijos se conviertan en adolescentes, ayúdalos a cambiar el frasco por una cuenta de ahorros bancaria. En ese momento, tu hijo puede estar trabajando a tiempo parcial o acercándose mucho a ese primer trabajo, por lo que una cuenta de ahorros será un paso importante y lo preparará para el éxito.
3. Explica cuánto cuestan las cosas:
Les has enseñado a tus hijos qué es el dinero, por qué lo tenemos y cómo ahorrarlo. ¡Ahora van a tener ganas de gastarlo! Cuando estén juntos en la tienda, habla con tus hijos sobre cuánto cuestan ciertos artículos. Necesitamos cereal para desayunar y esa caja de cereal cuesta 3 euros, así que la agregaremos a nuestro carrito. No necesitamos esa pelota de playa gigante que cuesta 5 euros, no está dentro de nuestro presupuesto de comestibles de 100 euros, por lo que no la compraremos hoy. Háblalo para que aprendan y luego, si quieren gastar dinero de su frasco de ahorros en casa, pueden traerlo a la tienda la próxima vez y comprar esa pelota de playa. ¡Asegúrate de que estén contando billetes y monedas para que también practiquen las matemáticas!
4. Muéstrales cómo ganar dinero, no simplemente esperarlo.
Algunos de esos ahorros en el frasco en casa son de la tía abuela, quien amablemente envía 10 euros en las tarjetas de cumpleaños de sus hijos. Sin embargo, los niños también deben aprender que el dinero no crece en los árboles, o en las tarjetas de cumpleaños, y se debe ganar. En lugar de repartir asignaciones, establezca expectativas para que tus hijos ayuden en la casa como parte de ser un miembro de la familia. Para tareas más grandes, permítales ganar dinero por su trabajo. Poner la mesa todos los días puede ser una expectativa, pero pasar la aspiradora por toda la casa podría hacerles ganar una paga. Tampoco es demasiado pronto para enseñarles a los niños sobre el espíritu empresarial. Si quieren montar un puesto de limonada, deberían usar los ahorros de su frasco para comprar los suministros y luego montar la tienda. Ya está pasando de la suma y la resta a los balances, ¡pero no es tan complicado! Sus preadolescentes y adolescentes también pueden cortar el césped de los vecinos, limpiar los caminos de entrada o cuidar niños para ganar dinero para las cosas que quieren y ahorrar para la universidad. Cuando tus hijos tengan una meta en mente, usa esas habilidades matemáticas para ayudarlos a encontrar un plan de ahorro y trabajo para lograrla.