Por Esther Valedón Reflexóloga Podal.
La Reflexología se puede aplicar a partir del tercer mes de vida y el objetivo es armonizar y equilibrar las alteraciones del organismo. Ahora bien, esta terapia podría se utilizada desde el nacimiento del bebé siempre y cuando sea la madre, el padre o algún familiar directo el que la aplique. ¿Cuál es la razón? Básicamente el apego, el contacto y la necesidad del mismo que tiene el recién nacido con su madre o padre.
En los primeros meses de vida, la Reflexología puede ser un gran aliado aunque no sepamos exactamente qué es lo que necesita nuestro bebé, pero la sensación de sentir que es atendido y el contacto será suficiente.
Los cólicos de lactante es el trastorno más común en los bebés. El cuadro se inicia a los 10 o 15 días de vida y persiste hasta los 3 o 4 meses de edad. Los síntomas son llanto repentino, intenso y prolongado. Normalmente flexiona las piernas sobre el abdomen, parece tenso, expulsa gases y se oyen ruidos intestinales.
En la primera infancia, la Reflexología podal nos da la oportunidad de hacerle llegar la sensación de contacto, apoyo y ayuda para vivir esas nuevas experiencias a las que se ha de enfrentar reforzando con ello su sistema de defensas. En esta etapa, comienza la educación infantil en la que, inevitablemente, se produce una separación de la persona de referencia del niño. Además comienza a relacionarse con otros niños en donde también aparecen con frecuencia enfermedades al estar en contacto con virus, bacterias etc.
Incluso en la adolescencia, la Reflexología será una buena aliada para mantener el vínculo padre, hijos y hacer el tránsito más llevadero. La adolescencia es una etapa compleja en la que ocurren diversos cambios a nivel físico y psicológicos que pueden ser difíciles de enfrentar. Con esta terapia, les proporcionamos equilibrio emocional, combatiendo el estrés y la ansiedad. También les ayuda en el descanso nocturno y en casos dermatológicos como el acné juvenil.
Está demostrado que algunas glándulas (hígado, riñones, suprarrenales, tiroides..) son claves para el estado de la piel y a través de la Reflexología trabajaremos sus zonas reflejas consiguiendo resultados increíbles.
También obtendremos resultados asombrosos en trastornos menstruales, ya que la terapia actúa como un antiinflamatorio natural.
Para concluir, los beneficios que el terapeuta a través de la Reflexología puede aportar desde la etapa más temprana de vida y ayudando en las etapas de maduración del adolescente hasta la etapa de madurez son innumerables y con resultados evidentes.
Cuando la necesidad va más orientada a los primeros meses de vida de un bebé, mi labor es mostrarle a los padres cómo pueden crear ese vínculo con su hijo a través de los pies y mejorar las posibles dolencias y obtener un equilibrio en el organismo de su hijo.
Soy Esther, Periodista y Reflexóloga podal. Trabajo tanto con adultos como con niños. Gracias a mis dos hijos, vivo en primera persona las patologías y dificultades del día a día y “trabajar” con sus pies diariamente me permite observar la evolución y mejora que les ofrece la terapia.